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Cómo lidiar con los sueños y pesadillas durante la cuarentena

Cómo lidiar con los sueños y pesadillas durante la cuarentena 1

Pesadillas. Sueños vívidos. Despertares angustiantes… La pandemia está alterando nuestro descanso nocturno y ese mundo onírico en el cual, ciertos sueños suelen ser más recurrentes que otros. No obstante, la ciencia tiene una explicación a este fenómeno.

Son muchas las personas que están preocupadas por sus sueños y pesadillas durante la cuarentena que estamos transitando. Nuestro descanso nocturno se está viendo claramente alterado durante la situación actual. Lo que impacta en nuestra salud, tanto física como psicológica. En lo que se refiere al mundo onírico, y a este tipo de trastornos del sueño, no dejan de ser un fenómeno común que tiene sin duda su explicación detrás.

En las últimas semanas, abundan los testimonios en redes sociales de personas que hablan sobre sus malos sueños. Hay quien describe unas pesadillas abrumadoras que les despiertan en mitad de la noche. Otros, relatan episodios de terrores nocturnos o sueños vívidos. La angustia y la sensación de que aquello que están soñando es casi real suele ser ese elemento en común entre quienes describen esta realidad.El escenario simbólico de ese universo interno es un sustrato perfecto para que muchas de nuestras emociones y pensamientos emerjan transformados a menudo en forma de pesadilla.

Factores como el temor al contagio, la tristeza por las pérdidas humanas, el estrés del confinamiento y la propia incertidumbre hacia el futuro están armando ese tejido de malos sueños que parece haber caído sobre gran parte de la población.

«Sueños pandémicos»

Así es como están denominando ya los expertos a estos trastornos del descanso nocturno que están sufriendo tanto niños como adultos. Aclarar en primer lugar que este fenómeno no encierra tras de sí ninguna explicación sobrenatural porque en realidad estamos ante un fenómeno esperable, lógico y totalmente normal.

Para entenderlo mejor, hay que tener claro un primer aspecto: las emociones siempre buscan una válvula de escape. Lo que sucede a nuestro alrededor nos afecta, activando el miedo, la inquietud, la tristeza, la preocupación…Esos impulsos biológicos impactan a su vez en el cuerpo y también en la mente consciente y también en la inconsciente. Tanto es así que, en el presente contexto de pandemia, estamos empezando a ver los siguientes efectos.

La ansiedad y el descanso nocturno

Los psiquiatras describen la gran oleada de trastornos de ansiedad que está sufriendo la población a raíz del primer brote vivido con el coronavirus en este país. Más del 50 % experimenta angustia, miedo y ansiedad. El 38 % sufre también alteraciones del sueño. El 47 % ha necesitado ayuda experta en algún momento por parte de los profesionales de la salud mental.

Tal y como podemos deducir, el impacto que está teniendo la crisis sanitaria por coronavirus es inmensa a nivel psicológico. Es por tanto inevitable que afecte a nuestro descanso nocturno y que los sueños y pesadillas durante el confinamiento sean especialmente terroríficas y angustiantes. Al fin y al cabo, el tejido onírico es ese lienzo donde más suele proyectarse la ansiedad.

La alteración de los sueños y pesadillas durante el confinamiento se relaciona sobre todo con la fase REM, momento en que deberíamos tener un sueño más profundo. El principal problema es que suele verse interrumpido. Sufrimos despertares frecuentes y el descanso rara vez es reparador. Al llegar a la fase REM es cuando suelen activarse nuestras emociones para impregnar a nuestros sueños y pesadillas, las cuales surgen en esta etapa. El tipo de parasomnia más común en la actual pandemia es padecer sudoración, taquicardia y el despertarnos en medio de un mal sueño de manera angustiante (a menudo hasta con gritos).

El sueño REM tiene a menudo otra finalidad: permitir que se liberen las emociones negativas, dejar que emerjan para aliviar la tensión que solemos acumular.  Abundan, por ejemplo, los sueños con la propia enfermedad, con la pérdida de familiares, con un futuro apocalíptico y curiosamente también con la contaminación y la posible aparición de catástrofes naturales. Todas estas parasomnias son efectos de lo que será dentro de poco un trastorno de estrés postraumático.

¿Qué podemos hacer para dormir mejor?

Un buen descanso nocturno nos ayuda a afrontar el día con mayor soltura, bienestar y fortaleza. Sin embargo, el contexto en el que estamos inmersos hace que en muchos casos nos vayamos a la cama con una bruma mental muy densa, esa en la que domina la preocupación y la angustia. Dichas emociones impregnan nuestro mundo onírico y favorece la aparición de parasomnias. Los malos sueños y pesadillas durante el confinamiento son un efecto más de la propia pandemia. Todos los sufrimos y es por tanto algo normal.

¿Podemos evitar que aparezcan? No. Pero sí podemos reducir su aparición y disfrutar de un descanso más reparador:

  • Aceptar todas las emociones. Sentir miedo, tristeza y angustia es algo normal y comprensible. Comparte tus miedos con alguien de confianza, lleva un diario donde poder liberar ese mundo interno.
  • Cuidar los horarios: levantate y acostátetate siempre a la misma hora, evitá las siestas largas.
  • Apagar los dispositivos electrónicos dos horas antes de dormir.
  • Descansar la mente: puede ser con un libro, dándonos un baño de inmersión. Intentar que la habitación tenga una temperatura más bien fresca y ambientarla con aceite esencial de lavanda.

Para concluir, es bueno recordar que, en caso de llegar a una situación límite, lo más adecuado es solicitar ayuda con algún profesional especialista o recurrir a terapia. Los malos sueños y el insomnio son consecuencias normales de la actual pandemia, pero todos merecemos sentirnos mejor.