La mayoría de las personas suele asociar el uso de una fragancia con el hecho de asistir a un evento, ya sea una reunión, unas salida a cenra o bailar, una fiesta… Sin embargo, no debemos esperar a tener una ocasión especial para usar perfumes.
Todos los días cuando nos arreglamos, prestamos atención a nuestra ropa, peinado, maquillaje y accesorios; pero muchas veces se nos olvida usar perfume. Podemos utilizarlos de manera diaria ya que su uso tiene varias ventajas.
Uno de los beneficios más importantes que tienen los perfumes es el efecto positivo que producen los diferentes aromas en nuestro cerebro. Cada olor, ya sea natural o sintético, emite una serie de partículas que entran por las fosas nasales de nuestra nariz. Nuestra nariz contiene una gran cantidad de neuronas receptoras que toman este olor y envían un mensaje al cerebro que permite a las personas reconocer tanto el olor como identificar de donde proviene ese olor. Estos aromas despiertan en nosotros diferentes reacciones y nos generan diferentes estímulos que van desde la nostalgia hasta llenarnos de energía. Hay estudios que afirman que la capacidad de oler (el sentido del olfato) tiene un impacto positivo en las personas y se ha demostrado que las personas que no tienen sentido del olfato tienen una vida menos feliz, menos placentera y menos plena que aquellas personas que pueden disfrutar de los distintos olores.
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Nos deja un lindo aroma
Usamos desodorante a diario, pero ¿por qué no hacer lo mismo con el perfume? El desodorante o antitranspirante solo evita que tengamos olor a transpiración, pero no nos brinda una rica fragancia. La principal razón principal por la que muchas mujeres usan perfume es oler bien. Este es el beneficio más grande y más importante del uso de perfume, es la función del perfume y el principal motivo para llevarlo, pero no el único. Usar perfume es nuestra mejor opción para oler bien día tras día, claramente la gran parte de nuestro tiempo. En la actualidad, contamos con miles de marcas de perfumes pero es necesario que tengamos en cuenta que debemos usar aquellos de calidad, que no sean muy intensos ni manchen, que otorguen un aroma que perdure hasta por 24 horas.
Además, todos los perfumes ofrecen olores particulares que se pueden asociar a los diferentes estados de ánimo. El uso de un perfume cuyo aroma corresponde con tu estado de ánimo te ayudará a proyectar dicha emoción.
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Agradan a quienes nos rodean
Muchas personas se sienten atraídas por alguien simplemente por la forma en que huelen. Un perfume puede funcionar fácilmente como un afrodisíaco natural. Los perfumes pueden despertar nuestros sentidos sobre la sensualidad y aumentar la atracción sexual. Sin dudas, la gente se sentirá más cómoda en nuestra presencia si deprendemos una fragancia de rosas a nuestro paso. Además, está comprobado científicamente que llevar perfume nos hace más atractivos a los a ojos de la gente y, en consecuencia, resulta ser más fácil que las personas prefieran acercarse.
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Mejoran la autoestima
El olor influye mucho en nuestra autoestima, ya que aporta cierta seguridad al momento de relacionarse con la gente y cuando tenemos que interactuar con los demás. Cuando llevamos el cabello sucio o incluso cuando no desprendemos olor alguno, nos terminamos sintiendo incómodos con nosotros mismos y, muchas veces, debido a ello hasta evitamos acercarnos mucho a otras personas. Caso contrario, si estamos conscientes que desprendemos un agradable olor a perfume, tendremos mucha más confianza en el momento de mantener contacto con otras personas.
Un rico aroma nos hace sentir seguras, atractivas y sugerentes. Al fin y al cabo, llevar un buen perfume es parte de nuestra personalidad y el hecho de elegir una buena fragancia, duradera, que nos representa y que cambia sutilmente con el pasar de las horas y que se adapta al olor natural de nuestra piel es tan importante como elegir las prendas, el calzado o los accesorios que vamos a llevar.
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«Hablan» por nosotros
Cuando utilizamos un determinado perfume de manera diaria, logramos afianzar nuestra personalidad. En definitiva, el perfume es una señal más de identidad, como puede serlo la ropa que elegirmos para vestirnos o el color de nuestro cabello. Además, usar perfume todos los días le transmite a la gente la idea de que nos gusta cuidarnos y mantener un aspecto prolijo y pulcro. Por otra parte, si solemos frecuentar a las mismas personas en nuestra rutina diaria (por ejemplo, en la oficina donde trabajamos), el aroma que desprenda el perfume que uno use terminará formando parte de uno y, esto generará que ese aroma pueda asociarse a nuestra presencia. Es interesante ver cómo cuando alguna persona utiliza un perfume con cierta frecuencia, sus amigos y familiares empiezan a asociar ese olor con esa persona.
A lo largo de los años, las marcas de perfumes tradicionales han ido creando cómo debe ser el olor de un hombre y cómo el de una mujer. Por lo tanto, identificamos a un hombre y a una mujer por unas características de su aroma. Por otro lado, atendiendo a los análisis de consumo y compra de perfumes, se sabe que las mujeres menores de 25 años tienden a preferir las fragancias de florales o afrutadas; aquellas entre 25 y 45 años, las almizcladas; y las mujeres mayores de 45, las florales.
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Nos traen recuerdos
Cuando queremos recordar a alguien o algo, nada mejor que un olor. Según los científicos, nuestra memoria olfativa es especialmente poderosa. Un perfume puede recordarnos a situaciones agradables y también a nuestros seres queridos. Los aromas evocan recuerdos y este aspecto puede significar algo muy importante en el comportamiento humano. Muchas de nosotras nos sentimos felices cuando olemos alguna fragancia que nos recuerda a un pariente querido, a un amigo o a nuestra pareja. Es interesante comprobar cómo el mismo perfume, en dos personas distintas tiene un olor distinto. Llevarlo siempre con nosotros hará que esos recuerdos no nos abandonen, que permanezcan en nuestra vida.