El color de un perfume nos dice mucho sobre su contenido. Con solo ver su presentación (el frasco), ya podemos darnos una idea de cuál sería el estilo de su aroma. De hecho, hay ciertas constantes en los distintos componentes de las fragancias que nos ayudan a elegirlas fácilmente.
Perfumes violetas y amarillos
- Violeta y púrpura: fragancias pesadas, opulentas, sofisticadas, elegantes, con fuerza y temperamento. Muchas veces son nocturnas o invernales.
- Lavanda: lavanda y hierbas aromáticas relajantes. Fragancias calmas y suaves.
- Amarillo claro: cítricas, frescas, alimonadas, con bergamota.
- Amarillo oro: opulentas y fuertes, clásicas, algo misteriosas, como el Chanel N°5. Sándalo, pachouli, flores pesadas, ámbar, vainilla, incienso.
Perfumes blancos, verdes y azules
- Azules: fragancias refrescantes y calmantes, marítimas, ideales para el verano, con notas frescas.
- Verde oscuro: pinos, hierba fresca, rocío. Notas boscosas frescas.
- Verde claro: notas refrescantes como té verde, manzana verde. Son relajantes, confortables, levemente cítricas.
- Blanco: aguas refrescantes y livianas, jazmín y rosas blancas, ámbar blanco. Notas fuertes pero etéreas.
Perfumes rosas, marrones y naranjas
- Rosado: fragancias florales, rosas, hortensias, peonias, orquídeas y frutales. Perfumes románticos, femeninos, amorosos, jóvenes. Con flores frescas.
- Marrón: cuero, maderas secas, boscosas, ámbar, tabaco, maderas aromáticas, vetiver, canela. Mayormente asociadas a lo masculino.
- Anaranjado rojizo: resinas orientales, sándalo, pachouli, ámbar, frutos rojos, naranja, bergamota. Fragancias pesadas con cierto dejo oriental.