El síndrome SAPO, pese a su trascendencia y lo que nos afecta, es bastante desconocido. Sin embargo, es muy importante saber qué se esconde bajo las siglas SAPO, especialmente para el mundo laboral. Por otro lado, lo que hay detrás del acrónimo es nocivo tanto para la búsqueda de empleo como para el mantenimiento de un puesto de trabajo. No obstante, te recomendamos también evitar el síndrome SAPO en tu vida diaria: no es una buena compañía en ningún área.
El síndrome SAPO engloba 4 defectos o contras que pueden destruirnos por completo nuestro clima laboral. Son las siglas de cuatro actitudes a tener muy en cuenta.
- Soberbia.
- Arrogancia.
- Prepotencia.
- Obstinación.
S. Soberbia
La soberbia no es precisamente una actitud que genere simpatía. Es más, las personas que piensan que son superiores, suelen despertar un rechazo muy grande en los demás. Por otro lado, aunque sea un pensamiento que traten de ocultar, es fácil que terminen ellos mismos delatando su falsa humildad. Una actitud que despierta todavía más rechazo.
A. Arrogancia
En el lenguaje coloquial, se usa con frecuencia como sinónimo de soberbia. En lo conductual, quizás la posición que más destaca es el desprecio sistemático a la argumentación y opiniones de los demás. Por otro lado, quizás tendría un componente más bajo de orgullo de lo que lo tiene la soberbia.
P: Prepotencia
Estaríamos en un registro muy parecido al de las actitudes anteriores. De hecho, podríamos ver a la arrogancia como una manifestación de la prepotencia o una consecuencia. Alguien piensa que es mejor y más sabio que los demás (prepotente) y por eso no presta atención a lo que los demás tienen que decir (arrogante).
O: Obstinación
Con este registro, estaríamos hablando de personas a las que les es complicado hacerlas cambiar de visión u opinión. Lo mismo ocurre cuando nos referimos a este término desde el ámbito del trabajo, y es que hace referencia a esas personas que solo dan por válidas sus opiniones e ideas. Por eso, siempre se trabajará mucho mejor si se atiende y escucha las opiniones e ideas de los demás.
Tener un buen ambiente de trabajo es una circunstancia que todo el mundo agradece. Se puede manejar una pequeña muestra de rasgos que, al contrario que el Síndrome SAPO, nos pueden ayudar a triunfar en nuestro trabajo:
- Capacidad resolutiva: saber reaccionar ante posibles inconvenientes que puedan ir surgiendo en nuestro puesto de trabajo es un punto realmente a valorar, no solo para la empresa, sino también para uno mismo.
- Creatividad e iniciativa: en ocasiones, nos da miedo compartir las ideas que se nos ocurren. Sin embargo, es un aspecto que es muy valorado positivamente por muchas empresas.
- Trabajo en equipo: Es, sin lugar a dudas, uno de los rasgos más valorados a la hora de trabajar en cualquier empresa. Se tantea incluso en muchas entrevistas de trabajo. Saber trabajar con otras personas y armar un equipo para que el trabajo salga adelante es algo muy positivo.
- Tolerancia a las críticas: normalmente, las críticas molestan. No suele ser agradable que alguien venga, y desde afuera, cuestione nuestro trabajo. A pesar de esto, en muchas ocasiones estos mensajes contienen información que podríamos utilizar a nuestro favor.
- Adaptabilidad: a veces, podremos hacer cambios para modificar las condiciones y que estas se adapten a nuestras preferencias. Sin embargo, en ocasiones no vamos a poder hacer estas adaptaciones en el entorno y lo que vamos a tener que hacer es adaptar nuestros deseos. En definitiva, adaptarnos.
- Planificación:Planificar, y hacerlo bien, es una de las habilidades que más puede reducir el estrés cotidiano. Establecer un buen orden de prioridades y trasladarlo a nuestras decisiones en momentos concretos, para rellenar la agenda y luego seguirla, hace que ahorremos muchos recursos.