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Cómo usar correctamente los distintos tipos de retinol

Cómo usar correctamente los distintos tipos de retinol 1

El retinol es uno de los ingredientes más importantes de la cosmética que se suele comenzar a utilizar a partir de los 35 años. Resulta casi imprescindible en cualquier rutina antiage. Su poder para combatir el envejecimiento de la piel, sobre todo el producido por el sol, es inigualable: no existe otro activo que logre crear más colágeno y atenuar las arrugas. Por otra parte, repara, suaviza e ilumina. Sin embargo, para que realmente cualquier producto que contenga retinol haga su efecto, es básico saber aplicarlo.

El retinol es un derivado de la vitamina A que contribuye a la formación de las células epiteliales que recubren los diferentes órganos, donde destaca la piel. Entre sus propiedades está la de asegurarse una buena formación estructural de las capas cutáneas y fomentar la renovación de la misma; lo que se traduce en un cutis más uniforme, liso y con menos arrugas. Además posee un efecto despigmentante que ayuda también a combatir las manchas y dotar así de un tono saludable a nuestro cutis.

Las opciones para incluirlo en nuestra rutina de belleza son varias:

  1. Podemos acudir a un dermatólogo/a y lograr una recera de retinoides (sería su hermano mayor y se compra solo mediante prescripción médica)
  2. Adquirir los productos con más alto porcentaje de retinol en el mercado (hasta un 1%)
  3. Limitarnos a los cosméticos de uso diario cuya formulación los incluya.

En los tres casos conviene tener algo en cuenta: los retinoides pueden provocar rojeces, hipersensibilidad o descamación. De ahí que sea preferible optar por el retinol, en cualquier dosis. Eso sí: conviene aplicarlo para maximizar su efecto antiedad, y no al contrario.

Uno de los principales atractivos del retinol además de su efecto reparador de los daños provocados por el sol y el envejecimiento es su capacidad para alisar la piel. Esto significa que actúa en profundidad y tiene un ligero efecto exfoliante, de ahí la importancia de no usar productos con ácido glicólico o láctico, pues se redoblaría su potencia agresiva. Además, es imprescindible proteger la piel con una buena protección solar si estás usando retinol.

La importancia de una correcta aplicación

Los productos con retinol, sobre todo si elegís aquellos que poseen concentraciones más altas, tienen que aplicarse por la noche, con el rostro perfectamente limpio. La razón de este requerimiento ineludible está en el tiempo de absorción: se trata de un activo que penetra lentamente en la piel, de forma que integrarlo en una rutina diurna sería alargarla innecesariamente. Mejor dejar que actúe por la noche (hay que darle tiempo) y los 20 minutos que requiere como media para hacer su efecto se alarguen tanto como sea necesario. De hecho, si lo utilizamos antes de irnos a dormir y lo combinamos con una crema de noche, estaremos cometiendo un error. Saboteamos su efecto.