Así como tenemos el clásico pantalón o el vestido negro, la camisa blanca también debe formar parte de los items básicos de nuestro guardarropa.
Es un básico que nunca pasa de moda.Si bien parecen «aburridas» o muy sobrias , las mismas son súper versátiles, quedan bien con todo, nos sacan de apuros en esos días en los que no sabemos qué ponernos y, lo más improtante es que se pueden armar infinitos looks con ellas, dependiendo con qué las combinemos y qué accesorios utilicemos.
Con la variedad de complementos existentes, una tiíca camisa blanca puede terminar siendo alegre y original, por ejemplo, colocando un cinturón angosto justo debajo del pecho, y sumándoles algún collar tamaño XXL alrededor de nuestro cuellos. Completamos el outfit con jeans y chatitas (o plataformas). Este estilo, además de ser delicado y sentador, también es bien compatible para salir desde temprano de casa y regresar entrada la noche.
Pero estas camisas también pueden aportar un toque de glamour, si las utilizamos con faldas largas. Y si tenemos una noche de salida a algún boliche, nada más acertado que combinarla con un short de pailettes o algunos con brillos dorados o plateados. Para ir al trabajo, y a la oficina, son la opción mas cómoda: junto a un pantalón o una falda de traje nos harán ver muy profesionales.
En verano tampoco vamos a prescindir de nuestra nueva prenda multiusos y es que si la utilizamos junto con unos shorts y unas sandalias, iremos fresquitas, cómodas. Otra alternativa, también de lo mas veraniega, es combinarla con un pantalón blanco ocon estampados floreados sutiles, o incluso en tonos camel o beige y, luego, agregar accesorios étnicos al look.