No son pocas las mujeres que solemos tener hábitos que, sin saberlo o, sin darnos cuenta de las consecuencias, afectan de manera negativa nuestra estructura capilar. Para las mujeres de muchas países del mundo (más que nada para las argentinas) , el pelo es una de las armas de belleza más importante, incluso más que el maquillaje. Si no estamos conformes con el corte, color o estado de nuestro cabello, no hay look o outfit o incluso maquillaje que nos haga sentir cómodas y/o atractivas.
Es por eso que, constantemente, estamos en la búsqueda del look ideal: nos planchamos y alisamos el pelo, lo cambiamos de color, lo ondulamos y somos fieles al secador (sopportando 30 grados de calor en el verano). Es que nos gusta vivir nuestro cabello, experimentar con él , pero además , por supuesto queremos que esté sano.
Si bien parece una tarea imposible, actualmente existen productos que pueden ayudar a «reiniciar» el pelo luego de estas clásicas situaciones que lo dañan.
La bendita planchita y/o Buclera: Demasiado calor caliente dirigido en forma directa a nuestro pelo provoca que los folículos se deshidraten y la resequedad ocasiona una apertura de los poros que se refleja en esa apariencia de frizz permanente que comienza a aparecer incluso en días en lo que no hay humedad. Para comprender este proceso, basta con entender qué le sucede a tu piel cuando está muy deshidratada: se quiebra, se agrieta, luce opaca y débil.
Tinturas – Decoloración – Alisados: Cada vez que una sustancia entra a tu fibra capilar altera su equilibrio natural. Aunque muchas tinturas compensan los efectos con sustancias que vuelven a balancear el estado natural del pelo, lo mejor es siempre ayudar un poco más al cabello sumándole cuidados extras. Es importante entonces elegir bien la coloración que usás y luego, los productos que aplicás a diario para darle un backup. En pocas palabras: podés jugar con tu look tranquilamente si sabés cuáles son tus productos aliados.
El stress: es tanto que pensamos en nuestro cabello como «un accesorio» de belleza, y a veces olvidamos que es una continuación de nuestro cuero cabelludo, parte de nuestra cabeza y un poderoso indicador de salud de nuestro cuerpo. Muchas veces esos problemas que nosotros vemos como meramente estéticos, hablan de nuestro estado anímico, de lo que está pasando en nuestra vida y de lo que hay que volver a equilibrar desde adentro.
Una mala alimentación: darle a tu pelo de elementos poderosos y nutritivos sirve y mucho, pero ¿que le das al resto de tu cuerpo? Teniendo en cuenta que cada fibra capilar nace, crece y se desarrolla a partir del combustible que le estás dando a tus órganos, no es nada exagerado decir que lo que entra en tu boca, sale por tu pelo. ¿Qué necesita tu cabello? Lo mismo que tus uñas, piel y corazón: frutas, verduras, cereales, carnes, legumbres y esas cosas que tu abuela te recordó durante toda la infancia.