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¿La culpa es siempre tuya o mía?

¿La culpa es siempre tuya o mía? 1

culpa tuya o mia

En nuestras vidas, y de manera diaria, nos suceden cosas buenas, malas, importantes, no deseadas… y, como un proceso natural de todo ser humano solemos hacer atribuciones de lo que nos pasa, especialmente de lo importante y lo que tiene que ver con los demás. Existen dos posturas generales: lo que me pasa puede ser siempre culpa mía o puede ser siempre culpa de los otros. Quienes asumen estos roles se denominan internalizadores y externalizadores.

Los internalizadores tienen ciertas características, y por lo general son:

* Introvertidos y tímidos, especialmente en reuniones sociales.

* Muy duros en sus autocríticas.

* Les gusta estar solos.

* Piensan mucho antes de actuar.

* Pueden presentar mayores riesgos de depresión.

* Habitualmente tienen problemas de autoestima.

Los externalizadores, en cambio, suelen tener estas otras características:

* Proyectan en los demás sus dificultades.

* Tienen mayor tendencia al hacer que al pensar.

* Suelen ser sociables y extrovertidos.

* Pueden ser impulsivos.

* Les cuesta registrar los sentimientos de los demás.

* Se frustran y se aburren fácilmente.

Como sus nombres lo indican, unos están adentro todo el tiempo y los otros están afuera casi siempre. Además, se puede pensar que los externalizadores tienen aspectos infantiles muy pronunciados y visibles y los internalizadores, al revés, quizás son demasiado adultos o tienen aspectos adultos muy marcados.

Es importante no ser ni uno, ni lo otro y lograr un balance, mantener cierto equilibrio. El objetivo es que el externalizador extremo sea un poco más internalizador y viceversa. Hacer el ejercicio de preguntarnos sobre nuestra responsabilidad y no darlo por sentado nos puede ayudar a buscar ese equilibrio. Solicitar la opinión de otros con respecto a nuestra responsabilidad sobre las cosas también nos puede llevar a enderezar la balanza de internalizador o externalizador. Eso sí, al hacer preguntas, hay que saber de antemano que seremos capaces de tolerar las respuestas que puedan brindarnos.

Por lo general, tenemos de los dos. Pero todos tenemos más de uno que de otro. Los casos más patológicos tienen que ver con aquellas personas que siempre creen que tuvieron la culpa de todo y con aquellas otras que no se hacen cargo de nada y siempre le están echando la culpa a los demás.