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Cómo transitar la crisis de la mediana edad

Cómo transitar la crisis de la mediana edad 1

Debido a una especie de mandato cultural y en cierta forma ya instalado socialmente, se supone que al llegar los 40, una persona debe tener varias metas y aspiraciones cumplidas : tener un buen trabajo, ganar buen dinero, una óptima salud, haber formado una familia feliz, estar enamorado,  contar con casa propia, sentirse realizado como individuo … Cierto es que, más allá del país, del mundo en que vivimos, todos estos objetivos son muchos y difíciles de conseguir. Sin embargo, aún en un escenario ideal en el que todas estas metas que suelen buscarse en la llamada “crisis de la mediana edad” se lograsen, nada sería suficiente para evitar la crisis en cuestión. Lo que ocurre es que los niveles de satisfacción en la vida de los individuos van declinando con el paso del tiempo, alcanzando su pico más bajo, precisamente, entre los 40 y los 50, para luego repuntar, emulando la forma de la letra U.

Así, la llamada “crisis de los 40” tan en boga en estos tiempos (son variados los libros y películas que abordan el tema) tendría en la curva de la U su correlato científico. ¿Qué afirma este descubrimiento? A grandes rasgos, que existe una relación entre edad y felicidad. La buena noticia para los que la atraviesan es que la felicidad tiene un repunte llegando a los 50. A medida que madura, la gente tiende a encontrar mejores soluciones a los conflictos, a controlar más las emociones y a aceptar los golpes de la vida con otra filosofía.

Si se tratara de obtener una conformidad y satisfacción para ser felices, las relaciones familiares y sociales son el factor más importante, es allí donde la mayoría de los argentinos se siente mejor, aunque hay personas que están solas y son felices, para la mayoría es más fácil en compañía. Pero, aún estando rodeados de afectos, pareciera que no es factible escapar a la crisis de mediana edad. Esta etapa de la vida suele ser un momento estresante en el que conviven simultáneamente demandas de trabajo, hijos chicos, padres más viejos, y que el cuidado requerido por parte de todos ellos puede resultar extenuante. Sin embargo, estas variables no alcanzarían en sí mismas para poder explicar la crisis, ya que ésta no está determinada por causas circunstanciales.

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¿Por qué la gente sería entonces menos feliz en la mitad de la vida?

Una teoría es que la gente haya tenido aspiraciones imposibles y eso es lo que los hace infelices al llegar a la mitad de la vida. Luego, se abandonan los sueños imposibles y se puede aprender a ser felices. Pero como la curva parece confirmarse también en chimpancés, no terminamos de estar seguros, continúa siendo misterioso. Otra explicación radica en que, cuando uno es más joven, es más ansioso y busca resultados más inmediatos, ahí es cuando se genera una cierta frustración, porque nunca se está a la altura de las expectativas. A medida que vas envejeciendo, vas adquiriendo una cierta experiencia que te va permitiendo entender más de qué se trata la vida, lo cual explica que la curva vuelva a ascender.

Los 40 y 50 son momentos de repaso y replanteo sobre la propia vida, y la tarea no siempre es sencilla: detectar qué cosas se pueden cambiar y amigarse con la idea de que otras jamás podrán llevarse a cabo, echando por tierra expectativas propias y mandatos heredados. Algo que los psicoanalistas comprueban es que siempre hay expectativas de los padres puestas regularmente en los sucesores, para bien y para mal. Es muy importante poder diferenciarse y rescatar las que tienen que ver con uno y las que son mandatos transmitidos. Hay gente que cambia de carrera, de trabajo, en función de darse cuenta de que eso que venía haciendo tenía más que ver con satisfacer deseos ajenos.

Sin embargo, las circunstancias objetivas en la vida de un individuo no determinan la satisfacción subjetiva experimentada. Asimismo, la U Curve surge de analizar la satisfacción de la gente en su vida como un todo, y no solamente un estado de ánimo. Además, las edades exactas en las que la felicidad toca su punto mínimo varían según el país, las preguntas y los métodos investigativos. En Argentina, los estudios confirman la U en las mediciones sobre felicidad. En nuestro país la satisfacción que la gente tiene con su vida nos da que a medida que va creciendo se reportan menores niveles de satisfacción. Eso se cumple más o menos desde los 18 hasta los 40. Entre los 42 y los 48 es cuando se llega al punto mínimo, y a partir de ahí se inicia una etapa de recupero, donde la satisfacción empieza a crecer. Los jóvenes en la Argentina son los más felices; luego la felicidad disminuye en las edades medias y repunta entre los adultos mayores. Así, se declaran muy felices el 39% de los jóvenes hasta 34 años; 28% de los que tienen entre 35 y 60 años, y sube al 34% entre los de más de 60. Si bien la U se comprueba, se advierte que el repunte en los años de madurez no es tan fuerte como puede verse en otros países. Cuando la curva empieza a subir de vuelta, por ahí podría subir mucho más fuerte si las condiciones fuesen distintas. A nivel local, si viviéramos en una sociedad más inclusiva con sus mayores y que pagara buenas jubilaciones, posiblemente, esa curva repuntaría con mucha mayor fuerza.

Podemos hablar de crisis de la mediana edad como transición en tanto hagamos un balance de lo vivido y aceptemos que aquellos proyectos que teníamos décadas atrás, hoy no son los mismos. Todo eso será posible si hemos aprendido de la experiencia y vamos encontrando un sentido positivo a nuestra vida, es una etapa de aceptación de que somos seres transitorios y que es bueno aprovechar el encanto de cada crisis vital. Lo fundamental en esta etapa es que la persona pueda resignificar su vida mediante nuevas propuestas y proyectos. El hecho de poder solucionar alguna asignatura pendiente, aliviana y nos hace sentir cierto alivio en otros ámbitos de la vida. Cuando liberás algunas cosas de tu vida, se destraban también otras.

De eso se trata: si bien según la U Curve la crisis de la mediana edad es algo así como un estadio por el que a muchos les toca pasar al promediar la vida, la mejor manera de transitarla parece ser, primero, asumirla; tener luego la valentía de enfrentarla y poder así realizar balances realistas, con expectativas renovadas, acordes con la etapa actual. Una vez recorrido este camino, encontrar proyectos que se condigan con el momento presente, soltando y dejando ir ideales a los que ya no se podrá (¿o ya no se quiere?) llegar. En estos términos y desde esta órbita, la crisis de la mediana edad no sería más que una transición natural hacia un nuevo equilibrio, al que se llega por medio de la sabiduría y la experiencia que, evidente y afortunadamente, sólo los años son capaces de brindar.

Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1801296-sortear-la-curva-de-los-40